Transmigración — Crónica

Todo empezó con una conversación junto a Pivô durante nuestra primera visita a Salvador Bahía en diciembre del 2024.

Un recuerdo contado en la Casa do Boulevard. 

En los años sesenta, decían, allí se hacían fiestas. En esas fiestas, una sopa.


La actriz Maria Moniz, hija de los dueños de la casa y actual moradora de parte de esta, organizaba unas fiestas y encuentros en el balcón de la casa. Asistían integrantes de la Escuela de Teatro de Bahía, la Escuela de Danza y la Bossa Nova, entre ellos Tom Zé, Caetano Veloso, Gilberto Gil, Gal Costa, Maria Bethânia, Orlando Sena, Glauber Rocha y Helena Ignês, entre muchos. Se puede argumentar que la sopa no era lo único que se cocinaba: también se cocinaba un experimento, un impulso, un germen. La Tropicália nació, en parte, de esos caldos. 

En las notas de la contraportada del disco de Caetano Veloso (1967) este dice: “Gil, hoje não tem sopa na varanda de Maria”. En esa negación se establece un récord de los juntes, que aunque fueron determinantes para una grupo de creadores, en naturaleza fueron efímeros. 

Hay otra negación, que en nuestro caso funcionó como catalítico: nadie sabía qué tenía la sopa. Para nosotros, este relato fue el punto de partida. En el Caribe nos sentimos cómodos trabajando con y desde el rastro, también desde distintos tiempos, yendo y viniendo en un zig-zag perpetuo.


Un caldo como base.
Otro tipo de archivo histórico posible, una Sopa de Rumores.


Trabajar desde una experiencia transmitida, compartida desde la memoria, que siempre incluye algo de invención. Surge de ahí, una pregunta: ¿Qué sucede cuando un proyecto se cocina despacio, colectivamente, con lo que se recuerda y con lo que imaginamos juntos?


Así nació Transmigração.


No necesariamente como exposición (otra negación con valor positivo), sino como un espacio de escucha, de movimiento, de gestos colectivos, que uno lleva al otro, una persona a la otra, un objeto a otro. Un tejido entre memoria, territorio y presencia; con la Casa do Boulevard como anclaje dentro de actos simultáneos de acción y pensamiento entre Salvador Bahía y Puerto Rico. 

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Este texto se escribe desde las notas de nuestro ensayo curatorial. También lo pienso como una crónica de nuestro viaje y proyecto. Son fragmentos, pero como dice Vila-Matas en su novela Canon de cámara oscura: “¡Los fragmentos! No son, no son, como tanto se cree, una parte más del todo, sino una parte importantísima del todo.”

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Hace años, el crítico culinario y artista gráfico Paco Villón escribía una columna en uno de los periódicos principales de Puerto Rico. En una de estas definió a su amigo, el fotógrafo Jochi Melero, como el Mago de las Sopas. Alguien que podía hacer una excelente sopa con cualquier ingrediente. Si nadie sabía qué era lo que tenía aquella sopa, Jochi era la persona idónea para prepararla en Salvador. Sin embargo se comenzó en San Juan, Puerto Rico. Jochi preparó una sopa, lo que se conoce como un Caldo Santo. Esta sopa tradicional del pueblo de Loíza también puede ser inexacta. Cada familia tiene su particular forma de hacerla. 


En Beta-Local se cocinó, se cargó espiritualmente y se compartió. 


(Cabe destacar que tanto en Beta-Local como en Pivô Salvador, se cocina con frecuencia.)


La olla quedó marcada por el rito.


Después, la transformaron en cámara estenopeica.
Con ella se recorrió la isla y Jochi captó imágenes en hojas de película blanco y negro 8 x 10 pulgadas. La olla que fue recipiente de cocción se volvió dispositivo de visión.
Un contenedor de luz, de memoria, de transformación.
Ese caldero-cámara, así como algunas de las fotografías que esta capturó, estuvieron en el proyecto presentado en el atelier de la Casa do Boulevard.


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En Salvador, la Sopa de Rumores comienza en la Feira de São Joaquim.
Se buscan ingredientes. Se juntan utensilios. Jochi, quien también es babalawo está en su zona. Anais, su hija, mantiene el órden y la secuencia de la preparación. La Sopa de Rumores pasa del Caldo Santo al Caldo de todos los Santos.

Mientras la sopa hierve, MIMA invoca con sonido. Antes de eso Yarimir Cabán incorpora a MIMA. Tiene su primera presentación musical en Brasil. Un set íntimo, es la única de nosotros que habla portugués y no por eso, sino por ella misma, crea magia. La acompaña Julio Caldas en la guitarra y en la viola caipira. Vivimos un sistema de relaciones e influencias. MIMA vivió en São Paulo en 1994, experiencia anclada en su devenir, de ahí su relato pasa por Río Piedras, Santurce, Santo Domingo, y de vuelta a Santurce. Colaboradores, amantes, encuentros, desencuentros, pura relación.  En fin, más de los rastros que tanto nos gustan. Esta es una experiencia de contexto, pero sobre todo de estética sonora y visual. Comienza su set dentro de un cucurucho de papeles que se suspende del altísimo techo del atelier, luego sale de este. Viste una pieza de William Murphy. Después, esa pieza queda como escultura en el espacio, MIMA pasa a ser Muchos MIMAS. Cuerpo que fue voz, voz que se vuelve objeto.

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Con Yarimir nos reunimos en Beta-Local una tarde para hablarle del proyecto. Discutimos posibilidades y colaboraciones. Títulos y sus implicaciones, sus dudas, y las nuestras también.


[Transmigración: acción y efecto de transmigrar.

Transmigrar: dicho de un alma: pasar de un cuerpo a otro, según opinan quienes creen en la metempsícosis. (Esa es la que nos interesa: el acto de transmigrar Beta-Local a Pivô Salvador)

Otros títulos e ideas posibles.

Transmisión: acción y efecto de transmitir (trasladar, transferir / dicho de una emisora de radio o de televisión: difundir noticias, programas de música, espectáculos / hacer llegar a alguien mensajes o noticias).

En un automóvil, conjunto de mecanismos que transmiten a las ruedas motrices el movimiento y la potencia del motor.

Transmisión de movimiento: conjunto de mecanismos que comunican el movimiento de un cuerpo a otro, alterando generalmente su velocidad, su sentido o su forma.

Correa de transmisión: correa que, unida en sus extremos, sirve, en las máquinas, para transmitir el movimiento rotativo de una rueda o polea a otra.

La transmisión de un carro, también llamada caja de cambios, es el sistema mecánico que se encarga de recibir la potencia del motor y transferirla a las ruedas, permitiendo al conductor regular la velocidad y el torque (par motor) para desplazarse de forma eficiente. Su función principal es adaptar la fuerza del motor a las distintas necesidades de conducción, como arrancar desde cero o circular a alta velocidad, ajustando las revoluciones del motor (RPM) a las condiciones de marcha.(Alegóricamente, aquí también hay algo)]


La reunión duró siete horas, donde tomamos mucho café negro, que eventualmente se mezcló con Palo Viejo. Salimos un poco sazonados, con un caos de ideas. Al atardecer, al llegar a mi casa en el Viejo San Juan, se había ido la electricidad (habitual en la Isla). No hacía sentido estar solo en la oscuridad. Fui a una de mis barras habituales, saludé a Sergio y no pasó mucho tiempo cuando en la barra tocaron Fuego, la nueva canción de MIMA junto a Villano Antillano. Me sacó una sonrisa. Luego llegó Carmine, mi amigo Napolitano que vivió en Salvador en el 1984. Por supuesto hablamos de Salvador y de la cultura Bahiana. Me dijo que sentía más saudade de Salvador que de Nápoles, y que en un momento pensaba que había algo, más allá de la cualidad de ciudades puerto, que conectaba a Nápoles, a Salvador y a San Juan, pero ya no, me dijo. Nápoles y San Juan se habían dañado, y definitivamente el Salvador del 1984 ya no existía. No puedo hablar de las otras ciudades, pero últimamente en cuanto a San Juan, tenemos un pensamiento  sombrío.

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Previo a su set en el atelier, tuvimos una primicia en Beta-Local, donde hubo varios ensayos íntimos, desde donde Yarimir fue calibrando su presentación. El consenso fue que presenciamos algo especial. Aquí también fue cuajando su colaboración con William Murphy, y de William con nosotros. Inspirado en varias referencias, William confeccionó una pieza hecha de todos los recibos de papel, resultado de las compras hechas por Yarimir desde el 2020. 

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William llegó a Brasil con una pequeña maleta de mano. En ella traía a Muchos MIMAS, pieza de vestuario que también es una escultura. Asombrosamente colapsable, estos pedacitos de papel contienen toda una carrera en ascendencia. Como muchos componentes de este proyecto, William llega por una señal, en este caso de MIMA. Las piezas fueron cayendo en su sitio, y William tenía que llegar a Salvador, eso nos dijo, y juntos nos dimos cuenta de lo mucho que esta ciudad habla con el Caribe. Junto con Williamllegó Juanki Malavé, quien está filmando pietaje para un documental que está desarrollando sobre William, El bosque mágico de W.M.G. Así Juanki se integró y  también formó parte de esta cadena.

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En nuestra visita a finales del 2024, fuimos a la Igreja do Nosso Senhor da Vera Cruz en la isla de Itaparica. Construida por los jesuitas, es la tercera iglesia católica más antigua de Brasil. Actualmente es una ruina, sostenida por un enorme árbol, una gameleira, para nosotros un tipo de jaguey. La gameleira es un árbol sagrado del candomblé, lo que transformó la antigua iglesia católica en un lugar de culto a los orixás. En específico, la gameleira en Brasil pasa a ser la morada de Iroko. En las tierras Yorubas, este habita en el otro árbol, el también comúnmente llamado Iroko, cuyo nombre científico es Milicia excelsa o Milicia regia. Este árbol no se encuentra en las Américas, por lo que sus cualidades pasan a otros árboles locales.


Rumoran que Édouard Glissant decía que cuando le pedían que dibujara un árbol él dibujaba un bosque. Esta gameleira, nos sugiere un bosque. Se plantea que Iroko también es floresta, en y más allá de un espacio físico que incluye, literal y metafóricamente, todos los seres que habitan el bosque. 


Desde Puerto Rico, también cargamos con nuestros bosques. 


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En los planes para nuestro proyecto hubo varios cambios. Está demás señalar que Transmigraçao nunca se planteó como una línea recta. En Beta-Local esto no es arbitrario, es también metodología. En el Caribe hay que estar predispuesto al cambio. Esa cualidad no necesariamente es muy explícita cuando se define la astucia y la valentía desde nuestros lares. Digamos que puede ser parte de nuestra opacidad.


Transmigraçao tiene un componente que todavía no se ha llevado a cabo, y que se proyecta como una línea de fuga directamente hacia Pivô Coaty. En el espacio más excéntrico de estas tres estructuras había un árbol de mangó. La renovación y construcción de esta sala se hizo teniendo en cuenta al árbol.  Este ya murió, pero quedan sus retoños, así como otras plantas que han poblado esta gran jardinera. El plan era hacer ahí una versión de La caída del alfiler, pieza de Michael Linares junto a Fabián Vélez. En esta pieza, una  fuente de sonido se dirige a un grupo de plantas. En las versiones que hasta el momento se han hecho en directo, esta fuente es el canto de un coro de cincuenta personas. Este canto consiste en una invocación a base de suspiros y bostezos. Las plantas responden al sonido y a la presencia física del coro, mientras unos instrumentos fitoacústicos traducen las señales eléctricas emitidas por las plantas en sonido. A través de sensores electromagnéticos conectados a hojas y tallos, las variaciones bioeléctricas son transformadas en voltajes que interactúan con un sintetizador modular. Estos voltajes, interpretados aleatoriamente por distintos módulos, activan samplers y efectos que se sincronizan con la interpretación del coro humano. Gradualmente las plantas se contagian con los bostezos, y sus respuestas producen una re-mezcla del sonido en directo. En Salvador se trató de que fuera Ekedy Sinha y su conjunto quienes les cantaran a las plantas. Esto sucedería junto a una futura pieza de Abraham Cruzvillegas dentro de este espacio. 

Fue una grata sorpresa coincidir con él en ese viaje del 2024. Es un gran amigo y siempre es una fiesta poder trabajar juntos. Con él hablamos y discutimos las cargas e implicaciones asociadas a las plantas ocupando todo un espacio. Hablamos también de Òsanyìn, Oxóssi, Iroko, de la fuerza de los árboles y los bosques.


Las fotos que traje son una muestra de esos intereses desde mis coordenadas. Junto a mangós cargados de referentes, traigo a la conversación imágenes fragmentadas del Guayacán, casi milenario, de Guánica. Este árbol vive al suroeste de Puerto Rico, y ha sido testigo de muchas cosas. Me muevo desde hace años en el bosque seco del sur, así como en bosques húmedos del centro de la isla. Permanezco tiempo y documento esta flora exuberante. Me obstino en la imposibilidad de poder fotografiar estos árboles y bosques. Aquí también los fragmentos son una parte importantísima del todo.


Ante la imposibilidad, en ese momento, de hacer una versión de La caída del alfiler, así como el hecho de que Fabián no pudo llegar, su contribución transmigró a un ñame. En Puerto Rico, un ñame conectado al sintetizador modular colaboró para componer una pieza sonora armada con sonidos recopilados en la confección del Caldo Santo hecho por Jochi en Puerto Rico. Así también, Michael adaptó los utensilios y el caldero utilizados en la confección del Caldo de todos los Santos, y los convirtió en una escultura que dialoga con un Opá Òsanyìn. Los manteles que cubrieron las mesas utilizadas durante la preparación de esta cena, contienen dibujos que él hizo en parte inspiradas en parte de las frases de los mosaicos de la Igreja e Convento de São Francisco. Estas piezas fueron presentadas en el atelier. Así también sesenta ñames, primos del que usó Fabián, poblaron la escultura y el espacio en general.

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Este proyecto no fue una transacción, es un espacio hecho de escucha, de movimiento y gestos colectivos. Aquí la confianza es clave, y nada hubiese sido posible sin las interacciones directas entre Pivô, Beta-Local y OtherNetwork. Esto parece obvio, pero no siempre es así en el mundo del arte, tan inclinado a la instrumentalización de las relaciones.


Un tejido entre memoria, territorio y presencia. Las herramientas quedan, así como la presencia humana. Cucharas, telas, ollas, fotos, dibujos, sonidos, tejidos, personas. No como restos, sino como artefactos activados y con la presencia de sus huellas de uso y memorias compartidas.

Aquí, curar es convocar memoria. Hicimos el chiste (en serio) que lo único curado fue el caldero. Prestamos mucha atención a un espíritu que forjó una historia donde el rastro es clave. 

Nada está aislado: todo está entretejido. Todo se superpone.

Transmigraçao no es un proyecto estático.
Es un organismo vivo porque se hace desde la relación de personas.  Nuestro acercamiento al junte es una forma de trabajo, una metodología.
Un modo de pensar lo curatorial como resonancia.
Otra manera de habitar cuerpos, lenguajes, memorias y territorios.

Todo aún en cocción. Todo aún por venir.